LA COOPERACION IBEROAMERICANA EN EL CAMPO DE LA EDUCACION
Los Ministros de Educación de los países de Iberoamérica, convocados por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, reunidos en Guadalupe y Sevilla, España, los días 19 al 21 de junio de 1992, hemos reflexionado y deliberado sobre los objetivos y propuestas educativas establecidos en la Declaración de Guadalajara por la Cumbre de Jefes de Estado y Presidentes de Gobierno celebrada los días 18 y 19 de julio de 1991.
A la vista de dicha Declaración queremos resaltar la especial relevancia del papel que la educación debe desempeñar al servicio de una comunidad que «se asienta en la democracia, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales» y que se compromete «con el desarrollo económico y social de nuestros pueblos, la plena vigencia de los derechos humanos, la ampliación de los cauces democráticos, el fortalecimientos de nuestros sistemas institucionales y el respeto a los marcos de derecho internacional».
Asimismo, queremos destacar la afirmación contenida en dicha Declaración de que «la contribución al fortalecimiento de la democracia en nuestra región» se debe vincular con el compromiso para conseguir «el acceso general a servicios mínimos en las áreas de salud, nutrición, vivienda, educación y seguridad social».
También ha suscitado nuestra reflexión el reconocimiento de que las «aspiraciones de desarrollo económico, social, tecnológico y cultural requieren de un impulso decidido a la educación y a la cultura que, a la vez que fortalezca nuestra identidad, nos permita bases sólidas para asegurar la inserción adecuada de nuestros países en un contexto internacional caracterizado por la innovación científica y tecnológica», así como la afirmación de que es «necesario acortar la brecha tecnológica básica para atender los derechos a la salud, a la educación, a la alimentación y a la vivienda».
Especial atención nos ha merecido, por tratarse de un nuevo reto a los sistemas educativos, el decidido apoyo a «los procesos de integración en curso, tanto a nivel regional como subregional», procesos que posibilitarán «una posición más favorable en el escenario internacional» de nuestros países.
El análisis de los elementos que conciernen al ámbito de la educación, contenidos en la parte introductoria de la Declaración de Guadalajara, junto con la lectura de los objetivos específicos incluidos en el apartado de «Educación y Cultura» nos han conducido, tras las deliberaciones correspondientes, a proponer unas líneas de acción conjuntas que se articulen a partir de lo que consideramos los tres principales ejes de la Declaración de Guadalajara, relacionados con la educación, la ciencia y la cultura: educación y democracia; educación y desarrollo económico y social, y educación e integración.
En ese sentido y siguiendo las directrices de los Jefes de Estado y de Gobierno, creemos que las líneas de cooperación que proponemos son las más susceptibles de ejecutarse en el ámbito de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, toda vez que nuestros países, pertenecientes a dos espacios continentales y depositarios de un patrimonio cultural común, han encontrado en los últimos años nuevos puntos de encuentro en los programas de fortalecimiento de la democracia, en los proyectos compartidos de desarrollo económico y social y en la puesta en marcha de procesos de integración regional o subregional.
Consideramos, por ello, que democracia y desarrollo económico-social aluden a un tipo de organización de la sociedad en que se superan las desigualdades sociales y se tiende a la equidad, a disminuir los desequilibrios regionales, a ejercer plenamente el derecho de todos a la participación en la vida social, política y jurídica, a resolver los conflictos a través del diálogo y a incorporar al desarrollo a todos las sectores sociales.
Estamos convencidos, asimismo, de que los fundamentos éticos de la democracia y su ejercicio efectivo, así como el desarrollo económico y social, tienen en la educación un instrumento fundamental.
La educación y la cultura, como elementos que conforman profundamente nuestras sociedades, han de efectuar su contribución para la consolidación en el espacio Iberoamericano de comunidades más libres, prósperas y solidarias.
Ratificamos, por otra parte, que los sistemas educativos pueden apoyar los procesos de integración en curso entre países basados en la voluntad de lograr una mayor cohesión social, espacios comunes de conocimiento e información, y una ciudadanía común asentada en la democracia, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.
A partir de estas consideraciones, estimamos que las acciones que a continuación se enuncian tienen la virtud de ser realizables a corto y medio plazo, con los recursos financieros y humanos que aporten los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
En consecuencia, proponemos las siguientes acciones orientadas al fortalecimiento de los lazos y la cooperación entre los países iberoamericanos.
Acciones Destinadas a Cooperar en el Diseño de Políticas y Estrategias para la Transformación de los Sistemas Educativos.
Estos análisis se han de referir no sólo a los sistemas educativos y sus programas formales, sino también a los nuevos espacios y protagonistas que intervienen en la labor educativa, como los medios de comunicación social y las distintas organizaciones que, a través de programas informales, contribuyan decisivamente a la formación de los ciudadanos.
Acciones Destinadas a Cooperar en el Apoyo a los Procesos de Democratización de la Educación
En este sentido ha de impulsarse la participación de los educadores, los jóvenes y las familias en los procesos educativos.
Acciones Destinadas a Cooperar en la Vinculación de la Educación con los Procesos Socioeconómicos
Acciones Destinadas a Cooperar en el Apoyo a los Procesos de Integración y de Concertación Regionales y Subregionales
Acciones Destinadas a Cooperar en la Modernización de las Administraciones Educativas
Programas para los que se solicita el mandato expreso de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno
Entendemos que algunas de las acciones descritas, por su mayor conexión con las prioridades derivadas de la Declaración de Guadalajara, exigen un mayor impulso de nuestra parte. Por ello hemos decidido elevar a la Cumbre de Jefes de Estado y Presidentes de Gobierno que se celebrará en Madrid el próximo mes de julio la petición de que la educación se convierta en objetivo prioritario de las políticas de nuestros Estados por ser elemento esencial de los procesos y estrategias orientados al desarrollo, con las consecuencias presupuestarias que de esto se deriven.
Asimismo, solicitamos que los programas de cooperación, que se indican a continuación, reciban el impulso de la Cumbre y sean objeto de un mandato expreso:
A. Ejecución de un programa que favorezca la toma de conciencia del valor de la educación y del papel que ésta juega al servicio de la democracia, el desarrollo económico y social y la integración de los países; así como la búsqueda de acuerdos nacionales que permitan definir políticas a mediano y largo plazo destinadas a la modernización de los aparatos educativos frente al tercer milenio.
B. Diseño y ejecución de un programa iberoamericano de solidaridad, cuyo objetivo será el apoyo a la escolarización básica en la infancia y alfabetización en la edad adulta en países en los que se produzcan mayores carencias al respecto.
Ello nos compromete a un ejercicio de solidaridad que se traduzca en la aportación de medios económicos y de apoyo técnico, con objeto de garantizar la reducción significativa, en un plazo razonable, de las tasas de analfabetismo y el mejoramiento de la calidad de la educación básica en las zonas seleccionadas a tales efectos.
C. Puesta en marcha de un programa conjunto de educación para el trabajo, que fomente el intercambio de experiencias sobre la reforma de la educación técnica y profesional, que permita compartir conocimientos sobre acciones de formación de recursos humanos que han respondido de forma exitosa a las necesidades de desarrollo económico y social, y que facilite la cooperación en proyectos de capacitación para las nuevas tecnologías y sistemas de organización del trabajo.
D. Producción y difusión compartidas de programas de televisión educativa iberoamericana a través del satélite Hispasat y cualesquiera otros medios que estén disponibles, que permitan acelerar los procesos de integración en curso de nuestros pueblos y dar un tratamiento efectivo a aquellas necesidades educativas que exijan una respuesta común. La formación continua del profesorado, la formación para el empleo, los contenidos relativos al ámbito de la salud y la conservación del a naturaleza deberán ser objeto de un trato preferente en la programación citada, a cuyo desarrollo nos comprometemos con objeto de propiciar un intercambio fecundo que redunde en beneficio de los usuarios de esta red educativa de carácter transnacional.
E. Organización de un sistema de intercambios universitarios que permita la movilidad sistemática de un número relevante de profesores y estudiantes de postgrado, entre Universidades de nuestros países respectivos y en función de programas de formación e investigación previamente establecidos, con objeto de contribuir a la creación de un tejido social e intelectual que refuerce las relaciones entre los agentes sociales, económicos y culturales de la Comunidad Iberoamericana. La puesta en marcha de este programa supondría el compromiso de contribuir a la financiación de las becas correspondientes y de facilitar la movilidad de estudiantes, con la consecuente garantía de retorno a sus países, y de profesores para garantizar el éxito del programa.
Para que las líneas de cooperación y los programas acordados puedan llevarse a cabo de manera eficaz, proponemos poner en marcha los siguientes mecanismos:
- Encargar a la OEI que tome la iniciativa para impulsar las acciones de cooperación, regionales y subregionales, que se contienen en la presente Declaración y coordinar su conexión con los objetivos de la Conferencia-
Finalmente, los Ministros iberoamericanos de Educación manifestamos nuestro interés y sensibilidad hacia mecanismos de cooperación científica, tecnológica y para la innovación, como el Programa Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED D), en el que están ya integrados directamente países iberoamericanos. a este respecto, solicitamos que la Cumbre de Jefes de Estado y Presidentes de Gobierno apoye institucionalmente la continuidad de esta cooperación y propicie la reunión, en breve plazo, de los máximos responsables de la política científica de cada país con ocasión de la Asamblea General del citado programa.
Guadalupe, 21 de junio de 1992.